Sólo para hombres
El Sacerdocio es ‘[1]La autoridad y el poder que Dios da al hombre para actuar en todas las cosas relacionadas con su salvación’.
A todos los hombres ‘dignos’, mayores de doce años, miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, se les confiere el Sacerdocio por imposición de manos.
A la edad de 12 años son ordenados al Sacerdocio Aarónico, o Sacerdocio Menor. A la edad de 18 años son ordenados al Sacerdocio de Melquisedec, o Sacerdocio Mayor.
El poseedor de el Sacerdocio tiene la absoluta autoridad para predicar el Evangelio, otorgar bendiciones, efectuar bautismos y sellamientos, presidir reuniones de la iglesia, bendecir y repartir la Santa Cena, y tener cualquiera de los oficios del Sacerdocio: Diácono, Maestro, Presbítero, Elder, Sumo Sacerdote, Obispo, Presidente de Estaca, Patriarca, Setenta, Apóstol y hasta Presidente de la Iglesia (o sea el Profeta Vidente y Revelador).
Las mujeres son por supuesto excluidas del Sacerdocio, con la explicación de que el Sacerdocio es más grande que Dios, y fue primero que todas las cosas (y Dios el Creador, es Hombre). Y Dios da al Hombre ese don (el Sacerdocio) que lo hace divino. Y la mujer es divina debido a el privilegio que Dios le dio de crear vida y tener la dicha de llevar en su vientre durante nueve meses a una criatura viviente, y así es como la mujer se parece a Dios, con esa capacidad creadora.
Una mujer LDS no puede dirigir una reunión de la Iglesia, no puede bendecir la Santa Cena ni repartirla, no puede poner las manos sobre la cabeza de sus hijos para darles una bendición, no puede efectuar un bautismo, no puede efectuar un sellamiento, no puede aspirar más que a ser madre y esposa, y a dar ocasionalmente un discurso un domingo y tener algún llamamiento en alguna de las organizaciones auxiliares.
[1] SACERDOCIO. Guía Para El Estudio De Las Escrituras. Pág.180.
Lamán
Lemuel
Mormones: Los habitantes de la Luna 